Uno de los alimentos más consumidos a nivel mundial por la sociedad en general, es el pollo, de eso no hay duda alguna.
Sus modos de preparación varían acorde al gusto de la persona que lo prepare. Frito, a la broaster, guisado, en sopa, en fin. Son muchas las varias que puede tener este alimento, e independientemente la que apliques, créeme que obtendrás un plato de lleno de proteínas.
El pollo, en casi todos los casos, va acompañado de verduras y especias que se encargan de darle un sabor realmente único entre muchos otros platillos, pero hay un ingrediente en especial que lo hará único el día que decidas prepararlo; ya sea en una reunión familiar, cumpleaños de algún ser querido o cualquier otro evento que amerita comida de ese calibre. ¡Las alitas y los muslos serán tu mejor opción!
El pollo a la miel es un platillo muy fácil de preparar, creo que el paso más engorroso es el de limpiar y cortar las partes del pollo para tenerlo ya listo y saltarnos este paso a la hora de solo llevarlo al sartén para prepararlo. Toma en cuenta que es un plato que servido en los restaurantes más lujosos y cachés del mundo, pero no hay nada mejor que la teoría a la práctica y elaborarlo tú mismo en casa.
Son varias las formas de hacerlo, pero eso sí, esto dependerá del tiempo y los ingredientes de los cuales dispongas. Es mejor que te tomes un tiempo y dedicación para crear algo que asombre a los demás, e incluso a ti. A nivel mundial hay muchas franquicias y restaurantes de comida rápida dedicadas y especializadas únicamente al pollo, tal es el caso de KFC (Kentucky Fried Chicken) y Arturo’s.
¿Has probado los platillos que te ofrecen tales franquicias? De ser así, créeme que has probado quizá los mejores pollos que puedan elaborarse en el mundo, pero eso sí, solo con respecto a su apariencia, sabor y su modo de preparación, el cual es muy rápido, por algo es comida rápida. Si siempre has querido llevar esas recetas secretas a tu cocina, y has fallado en cada ocasión, acá te traemos una solución más saludable.
Pollo a la miel receta
Una de las recetas más apetitosas del mundo de la gastronomía, independientemente del país o el modo de preparación, es el pollo a la miel, un platillo que le encantará a tu esposa/o si quieres sorprenderlo con algo nuevo, dejando a un lado la comida que le preparas diariamente. El mejor ingrediente que le puedes agregar a esta receta, es el cariño y empeño que le pongas, ya que va dirigido a esa persona especial.
Si estás cansado/a de las recetas tradicionales de pollo, sin duda alguna esta será una completamente diferente. Ante tal situación, hemos decidido dedicar este artículo totalmente a cómo ayudarte a hacer el mejor pollo a la miel, así como brindarte las mejores recomendaciones y consejos para que el resultado sea el mejor, pero más que eso, el deseado.
El azúcar, en este platillo en específico, no se utiliza, ya que la sustituiremos por miel, una sustancia mucho más saludable y natural que trae consigo menos calorías, si esa es tu principal preocupación. En cuanto a la miel, debes tener sumo cuidado, ya que al arrojarla y apenas esta haga contacto con el sartén caliente, se caramelizará de manera más rápida que el azúcar. De esa manera, obtendrás una consistencia más jugosa.
Al introducir la miel al sartén, debes evitar a toda costa que esta permanezca durante un período prolongado de tiempo para evitar que se queme, ya que de ser así, lo hará con bastante facilidad. Ahora, sin duda alguna, la miel le dará ese toque y ese sabor que todo asado o demás carnes necesitan. Mejorará el aspecto, le dará uno más fresco y hogareño. Sin más preámbulos, vayamos a la receta.
La siguiente receta de pollo a la miel, es exclusiva para cuatro personas. Acá, los ingredientes que necesitas para hacerla: cuatro pechugas de pollo; una cebolla rallada; dos cucharadas de miel; jugo de limón; tres cucharaditas de aceite de oliva; una cucharada de vinagra balsámico; sal y pimienta al gusto. Teniendo a la mano los componentes, pasemos rápidamente a su preparación.
Lo primero que debemos hacer es rallar la cebolla de forma fina y colocarlas en el sartén para que se sofrían con el aceite de oliva previamente añadido. Debes llevar el tiempo, lo mejor es tener un cronómetro y pasado tres minutos, agregarle la cucharada de vinagre balsámico. Tras ejecutar esos sencillos pasos, tapas el sartén y deja que la cebolla se caramelice en fuego lento durante 15 minutos.
Pasados ese cuarto de hora, añádele el jugo de limón y la pimienta, preferiblemente negra. Luego de que se mezclen todos los sabores, apaga el fuego y deja que enfríe. Una vez frío, echa la combinación en una licuadora para que nos resulte una textura más fina y fácil de digerir. Primer paso completado.
Para el siguiente, no es necesario lavar o utilizar otro sartén, usa el mismo, pero, ¿para qué? ¡Las pechugas de pollo! Al mismo sartén, agrégale un poco más de aceite de oliva y ve preparando las pechugas. Salpimiéntalas y llévalas al sartén hasta que doren, pero para obtener esa tonalidad deberás agregarle dos cucharaditas de la salsa previamente preparada.
No más obtengas la cocción deseada por ambos costados, colócalos en el microondas y pincha las pechugas con un tenedor por todos lados y cúbrela con papel de plástico. Ya en el microondas, llévalo a dos minutos a máxima potencia. ¿Por qué aplicamos este paso? Pues las pechugas en el sartén se doran y todo lo demás, pero le cuesta demasiado cocinarse bien por el interior.
Este paso es importante que lo tengas en consideración, quedará en su punto, tierno y dorado por fuera, tal como lo quieres. Para finalizar, vierte la salsa sobre las pechugas y disfruta de todos los sabores y propiedades de la miel mezclada con los demás ingredientes. Por último, comparte este artículo en tus redes sociales y da a conocer este exquisito platillo. ¡Buen provecho!
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