Al escuchar “miel otxin”, rápidamente podemos asociar esas dos palabras a algún tipo de miel, ese endulzante natural que tanto nos alegra los días.
Pero no, no se trata de una nueva o antigua clase de miel, sino de algo que no se le asemeja en lo absoluto. Miel otxin es el nombre que recibe uno de los personajes más emblemáticos en la historia de los carnavales españoles. ¡Acompáñame a descubrir todo de él!
Si no viniste preparado para escuchar una historia, pues deberías estarlo, porque a continuación te contaremos una de las historias más llamativas y curiosas de los españoles y sus costumbres y tradiciones. El cuento te encantará, es uno cargado de aventuras, ira, venganza que terminan acabando con el villano. Prepárate, porque a continuación nos adentraremos en un mundo de fantasía.
Miel otxin historia
La historia de este personaje es bastante particular. Todo sucedió en el pueblo de Lantz hace muchísimos años. Sus habitantes solían reunirse con un personaje bastante popular que se llamaba Ziripot, un hombre obeso y de gran tamaño, y que por sus limitaciones físicas, se ganaba la vida contándole historias y cuentos a sus vecinos, quienes le obsequiaban cestas de comida –frutas-verduras, hortalizas y demás-.
De esa manera, Ziripot se ganaba la vida, y así transcurrieron los días, las semanas, los meses y los años, hasta que en el pueblo hizo acto de presencia un gigante llamado Miel Otxin, un personaje despiadado y vil. A su lado, estaba su siempre fiel compañero, una criatura mitad hombre, mitad caballo, como una especie de centauro que llevaba por nombre Zaldiko. Ambos, sometieron al pueblo de Lantz a su merced.
Desde que lograron establecerse y someter al pueblo a un régimen autoritario aprovechándose de sus atributos físicos, ambos personajes se situaban cada día en la plaza para recibir las pertenencias de los habitantes de la zona. Los herreros, colocaban nuevas herraduras en las patas de Zaldiko –el centauro- mientras que las demás personas, cegadas de miedo, dejaban sus cosas a los pies de Miel Otxin.
Ziripot, ese personaje que no podía llevar absolutamente nada, ya que solo contaba con la colaboración del pueblo para que contará sus mil y una historias, fue interrogado por Miel Otxin y su centauro, quienes le preguntaron por qué no traía nada para dejarles, a lo que Ziripot respondió que no tenía nada. Acto seguido, el hombre-caballo se le fue encima a Ziripot y lo golpeó con un látigo en reiteradas ocasiones.
Con todas sus fuerzas y con la rabia a millón, Zaldiko lo maltrató hasta que este cayó largo a largo como un roble. Intentó levantarse, pero su físico no lo dejó. El pueblo intentó interceder por él para ayudarlo, pero Miel Otxin y Zaldiko no los dejaron. Con el pasar de las horas, la plaza quedó baldía, y en medio de la noche, entre las sombras, aparecieron los vecinos para ayudar a Ziripot a levantarse y llevarlo a casa.
En el trayecto, los vecinos se cuestionaban cómo era posible que los dominarán de esa manera, decían entre sí: “¡Esto no puede seguir así! ¡Nos van a dejar sin nada! ¡Hay que hacer algo!”. Ante esto, Ziripot, les empezó a contar una de sus tantas historias. Empezó diciendo que una piedra de gran tamaño cayó rodando desde lo alto de una montaña hasta la entrada de una vecindad, cubriéndola por completo.
La lógica humana, hizo que el propietario quisiera moverla desde dentro, pero obviamente no pudo debido al peso y tamaño de aquella piedra. Ante ello, salió por una ventana al exterior del caserío e intentó por fuera, pero nada, se consiguió con el mismo resultado. Ansioso de encontrar la solución, decidió pedir ayuda a sus vecinos y uniendo la fuera de todos, lograron remover la piedra.
Las palabras de Ziripot sirvieron para que la gente tomará cartas en el asunto y recapacitarán acerca de las actitudes que venían tomando el par de bandidos. Unos a otros, entrecruzaron sus miradas y decidieron actuar. Rápidamente, tomaron lo primero que encontraron: estacas, azadas, layas y demás utensilios, y fueron a la caza de Miel Otxin y Zaldiko. El centauro pudo escapar gracias a sus patas de caballo.
Todo lo contrario sucedió con Miel Otxin, quien fue capturado y condenado por los vecinos en un juicio completamente público donde se dio cita todo el pueblo. Posteriormente, luego de la sentencias, procedieron a ahorcarlo y quemarlo en la plaza. Tras su muerte, el pueblo de Lantz volvió a retomar esa paz y tranquilidad que tanto la caracterizaba. Por otra parte, Ziripot siguió contando historias hasta su fallecimiento.
Miel otxin carnaval
Una de las fechas más importantes en territorio español, es la de carnaval, pero uno que sin duda resalta por encima de los demás, son los celebrados en Lantz, municipio de la Comunidad Foral de Navarra, tal es así que es una de las festividades que más atrae a los españoles, como también a los turistas.
La fiesta es tradicional, lo que quiere decir que se viene realizando desde tiempos inmemorables, especialmente en los días que preceden al Miércoles de Ceniza en Semana Santa. Con respecto a la escenificación de la tradición, son los vecinos de la villa quienes protagonizan esta “obra de teatro” y representan a cada uno de los personajes de la historia. La finalidad de este, es la captura y quema de Miel Otxin.
Cabe destacar, que todas las personas que forman parte de la comparsa, se reúnen y salen desde un punto estratégico, no es el caso de los herreros, quienes lo hacen desde otro punto. Estos no realizan el recorrido como el resto de los personajes, sino que se concentran en dos puntos concretos. La celebración va ambientada con música de txistu y tamboril. Así viven los españoles el carnaval de Lantz.
Miel otxin disfraz
Si viajaste a España, específicamente al pueblo de Lantz en Navarra, y quedaste maravillado con los atuendos utilizados, pero si te llamó especialmente la atención el de Miel Otxin, acá te dejaremos las herramientas y demás utensilios a usar al momento de querer hacer tu propio muñeco para que no te alejes de la tradición y mantengas la autenticidad en su esplendor.
El personaje de Miel Otxin es el de un gigante hecho de paja con una altura aproximada de tres metros. Con respecto a su vestimenta, utiliza camisa, faja roja, pantalón azul, polainas de cuero o goma, sombrero o gorro y una careta de cartón. El armazón lo elaboran con dos ramas de haya para los brazos, el tronco y las piernas.
Al menos de esa manera lo describe José María Iribarren, quien en 1944, tras la posibilidad de recuperar el carnaval de Lantz por un día con la intención de documentar absolutamente todo acerca de esta celebración. De ahí, proviene la primera descripción física de Miel Otxin. El régimen de Francisco Franco, suspendió las festividades en 1937, hasta que en 1940 las prohibió por completo.
De verdad espero que te haya agradado la historia de Miel Otxin y la de los carnavales de Lantz, si vas de vacaciones con tu familia a España, deberías darte una pasada por Navarra y disfrutar de estos carnavales. Comparte este artículo y da a conocer la rica cultura de los españoles. ¡Y olé!
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