¿Eres de las personas que revisa la etiqueta con fecha de caducidad en los supermercados? ¿Incluso con la miel? Pues este artículo te mostrará si realmente caduca. ¡Acompáñame!
En muchos casos, pasa que llegamos a nuestro hogar, y apenas abrimos el producto, emana un olor nauseabundo, ese es el indicativo de que está dañado y superó su fecha de caducidad. Hoy hablaremos acerca de la miel, que por cierto, ¿caduca? ¡Descubrámoslo!
A todos nos ha pasado, como te dije con anterioridad, que compramos un producto y lo dejamos semanas en la nevera, pero mientras permanece ahí, nos sentimos realmente preocupados porque no se eche a perder.
Lo más normal es que una vez dañado, lo arrojes a la basura. El tema del día es la miel, una sustancia antiquísima y totalmente natural, una que nunca expirará ni se dañará.
La miel nunca caduca
No debes asustarte ni perder la cabeza si notas que ha cristalizado o haya cambiado su color conforme el tiempo. Siempre, siempre, es seguro consumirla. De eso no debes tener la menor duda. Hay varios elementos que le dan vital importancia a este elixir de los dioses, lo cual la hace realmente diferente y auténtica, comparada con otros componentes que nos ofrece la naturaleza.
La miel, en su estado completamente natural, tiene muy poca agua, pero si está no se tapa al punto de sellarla por completo, tiende a absorber fácilmente la humedad. Los microorganismos, encargados de dañar nuestras comidas, mueren de asfixia debido a que solo un pequeño y selecto grupo de bacterias, se mantienen con vida ante tal situación. No pueden sobrevivir estando ahí dentro. No dañarán la miel.
La acidez de la miel de abeja, es otro factor que la favorece para mantener alejados a esos huéspedes tan molestos. Este elixir contiene un pH que va de 3 a 4.5, lo que se ve traducido en que contiene altos grados de acidez, lo que tampoco le sirve a los microorganismos para que se desarrollen y sobrevivan bajo esas condiciones. La melaza, es también un endulzante natural, pero a diferencia de la miel esta sí caduca.
Las abejas juegan un papel importantísimo en la realización de la miel. Estas recolectan el néctar, que tiene un 80% de agua y remueven la humedad sacudiendo sus alas. Una vez en la colmena, las abejas expulsan el néctar de su estómago, donde tienen una enzima de nombre glucosa oxidada, para hacer la miel. La enzima antes mencionada, se combina con el néctar y la divide en dos subproductos: ácido glucónico y peróxido de hidrógeno.
El segundo, evita que se reproduzcan y crezcan microorganismos en la miel. Estos son los principales factores que hacen que la miel no expire, caduque y tampoco se eche a perder con el paso del tiempo. La miel es una sustancia duradera.
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