Es indudable la capacidad que tienen los animales más pequeños del mundo para mantenerse con vida en un mundo donde, en la mayoría de las veces, gana el más grande.
Este no es el caso de las abejas, quienes, si bien son pequeñas en tamaño, suelen ser bastante inteligentes a la hora de escapar cuando están en un aprieto. La vida de una abeja se basa en salir de su colmena en busca de flores para extraer el néctar.
Posteriormente, una vez con el néctar en su poder, ponen rumbo nuevamente a la colmena, donde le hacen entrega de la sustancia a las abejas obreras a través de la regurgitación para que estas la almacenen en las celdillas, aplicándole las tantas propiedades que posee su producto final, la miel. ¡Toda una faena!
Al cumplir cada uno de esos pasos es cuando actúa el ser humano, o bueno, los apicultores en todo caso, quienes son las personas encargadas y mejor preparadas para esta tarea, la cual es extraer la mayor cantidad de miel posible de los panales de las abejas. Suena un poco desconsiderado, pero sin eso, no podríamos aprovechar todos los beneficios que tiene la miel al consumirla o aplicarla en nuestro cuerpo.
Los apicultores pueden hacer la extracción manualmente, pero se ahorran mucho tiempo al utilizar una máquina especial y exclusiva para cumplir esa función: el extractor de miel, quien será nuestro protagonista en este artículo. Esta máquina, inventada y construida por el austriaco Francesco De Hruschka en 1883, es indispensable en toda explotación apícola que se realiza a nivel mundial.
Extractor de miel cómo funciona
A continuación, descubrirás con nosotros cómo funciona un extractor de miel. ¡Vamos! El proceso es bastante sencillo de entender, pues este se ejecuta a través de la fuerza centrífuga. La máquina posee paredes, donde la miel se proyecta y fluye hacia lo más profundo del extractor para ser recolectada. Este utensilio de gran tamaño, se compone principalmente de una canasta, una cubeta y un motor.
La canasta debe tolerar los cuadros y gira de manera muy rápida alrededor de sí misma, tanto vertical como horizontalmente. La función de la cubeta es fácil de comprender, simplemente debe recoger y almacenar la miel. Lo más recomendable es que sea de acero inoxidable. El motor sirve de empuje y debe estar complementado con un disco de fricción o correa, aunque en caso de ser manual, en su lugar iría una manivela.
Ahora, teniendo los conocimientos necesarios de cómo está compuesto un extractor, pasamos a su funcionamiento. Lo primero, es colocar los cuadros en las canastas con mucho cuidado, ya que deben estar bien alineados y equilibrado con la carga.
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Segundo, hazla girar lenta y cuidadosamente. Después, con un tangencial no reversible, disminuye la velocidad y extrae la miel de una cara, gira los cuadros, saca toda la miel de la otra cara, dale vuelta otra vez y extrae el resto.
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¡Eso es todo! Ya sabes, si deseas comprar un extractor de miel, con este post ya tendrás la mitad del trabajo adelantado. Para finalizar, si te pareció interesante este artículo, publícalo y compártelo en tus redes sociales para dar a conocer la enseñanza adquirida. ¡Tú puedes!
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